¿Sabes qué es lo que realmente me jode? Que no quiero arriesgar porque no quiero perder. Que me armo de valor y con dos ovarios mando el miedo a tomar por culo y arriesgo, arriesgo todo porque algo me dice que adelante ¿por qué no? Pero derrepente, todo empieza a torcerse, cuando creo que sí, que estoy ganando cosas, se van tan rápido como un abrir y cerrar de ojos. Cuando creo que todo va sobre ruedas, las laterales se pinchan. Todo empieza a desmoronarse, y las decepciones no tardan en aparecer. Una detrás de otra. Como dos hostias en la cara bien dadas. Como un jarro de agua fría por la cabeza. Y vuelven mis miedos, mis inseguridades. Mi cabreo empieza a hacerse más constante y la confiaza desciende hasta llegar al subsuelo.
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