Había olvidado cómo poner una verdadera sonrisa. De un instante a otro instante
olvidé cómo era aquella sensación a la que llamaban alegría. Ya no sabía ni lo
que eran las ganas de vivir.
Nadie me enseñó a ver más allá de la
desconfianza. No había remedio,estaba acabada.
Ya no sabía ni que camino
elegir para seguir adelante. En todos hay obstáculos,y con esta debilidad que
recorre mi ser no sabría ni cómo de esquivarlos. Nadie me ayudaba,estaba sola en
medio de un lugar tan inmenso.Y cuándo lo dí todo por vencido, aparecío alguien.
Alguien del que yo ya me había olvidado. Era él. Al verlo sonreí,y por fín
sonreía con motivos. Al fin alguien me ayudaba a poner una verdadera sonrisa.
Ahí,en ese instante me dí cuenta de que nunca me había alegrado tanto de verlo.
De que ha sido el único que estuvo para sacarme de ese pozo.
Me dí cuenta de
que las personas que aparecen en los malos momentos,son a las que más cariño se
les coge y a las que más puedes llegar a querer.
Y que incluso son de las que
algún día,por casualidad y sin saberlo,te enamores.
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