También sé que no le gusta que le toquen. Pero aun así lo hago. Quizás porque al no esquivarme, me demuestra que formo parte de esa tierra de nadie en la que se deja querer. Y él también sabe que odio que me insulte. Pero aun así lo hace. Seguramente, porque se muere por picarme y ver que al final acabo sonriendo. ¿Y yo? Bueno, a mí me basta con ese instante en el que coge la mano y me dice: venga, no te enfades. Y por saber, también sé que le da miedo el sonido de unas llaves, que hay días que piensa que lo mejor hubiese sido quedarse en la cama. ¿Y qué tengo claro yo? Pocas cosas he visto más sólidas como esto, que no quiero alguien que se pase el día entero pensando en ti, me basta con que cuando él recuerde alguna de mis tonterías sonría. Yo quiero un amor desordenado, amarnos como siempre y acabar como nunca. Que si me ponen delante a la persona perfecta y a ti, yo la rechazaría. Porque me has enseñado a creer en la perfección de tus pequeñas manías, de tus voces exasperantes, de ese te quiero y ese no te soporto que se entremezclan en esta copa de alcohol. Que yo quiero a alguien que me quite la bebida cuando me estoy pasando de la raya, quiero a alguien que cuide de mí. Quiero a alguien como tu, alguien que con el que poder confiar, alguien con quien a pesar de que este de mal humor me soporte igual que yo lo soporte a el. TE QUIERO A TI .
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