Nadie te obliga a hacer nada que tu no quieras, lo errores hay que aprender a admitirlos tanto como las victorias, son nuestras decisiones las que nos llevan a estar donde estamos y a ser quienes somos, nos equivocamos y aunque aprendamos de ello, lo volvemos a hacer, por impulsos, deseos o emociones que sentimos en el momento pero que poco a poco nos vamos dando cuenta de que no son de verdad, que son solo tristes te quiero que nunca llegaron a ser verdad.
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